Artículo facilitado por Pere Gorostiza
En la última convocatoria de ayudas europeas, el 56,6% de
los proyectos financiados de todo el Estado son catalanes. Todo esto lo indica Cristina
Sáez en un artículo del mismo título, publicado en la
Vanguardia, y en que está
basado este artículo. De las ayudas
europeas concedidas este año a proyectos de ciencia de excelencia, Catalunya ha captado el 56,6% del total concedido a España . Ese porcentaje se traduce en 47 millones de euros que se reparten en 35 proyectos, el 92% de los cuales son de universidades y centros de investigación del sistema catalán (CERCA), y el 8% restante de otro tipo de entidades e instituciones, entre las que están las sedes del CSIC. Estos resultados revalidan los obtenidos en cada convocatoria desde que en 2007 el Consejo Europeo de Investigación, conocido por sus siglas en inglés ERC, creara dentro del marco del Programa Horizon 2020, este paquete de ayudas de financiación con el objetivo de fortalecer la excelencia científica en Europa. En el marco estatal, Catalunya es la comunidad autónoma que más proyectos ha conseguido financiar en cada convocatoria.
europeas concedidas este año a proyectos de ciencia de excelencia, Catalunya ha captado el 56,6% del total concedido a España . Ese porcentaje se traduce en 47 millones de euros que se reparten en 35 proyectos, el 92% de los cuales son de universidades y centros de investigación del sistema catalán (CERCA), y el 8% restante de otro tipo de entidades e instituciones, entre las que están las sedes del CSIC. Estos resultados revalidan los obtenidos en cada convocatoria desde que en 2007 el Consejo Europeo de Investigación, conocido por sus siglas en inglés ERC, creara dentro del marco del Programa Horizon 2020, este paquete de ayudas de financiación con el objetivo de fortalecer la excelencia científica en Europa. En el marco estatal, Catalunya es la comunidad autónoma que más proyectos ha conseguido financiar en cada convocatoria.
En captación de estas ayudas por millón de habitantes, se
sitúa en la cuarta posición, solo por detrás de Suiza, Israel y Holanda,
mientras que España ocupa el puesto 17 de la UE. El sistema de I+D+i catalán ha
logrado captar en total el 3,3% de las ayudas otorgadas por el ERC en todas las
convocatorias, a pesar de que solo representa el 1,2% de la población del
Espacio Europeo de Investigación (ERA), por lo que casi triplica la cantidad de
ayudas que le corresponde por población. “El caso de Catalunya es un caso de
éxito”, considera Nazario Martín, presidente de la Confederación de
Sociedades Científicas de España (COSCE). “Muchos de los investigadores que
han obtenido una ERC para centros catalanes son extranjeros que venían muy bien
preparados para solicitarlas. E l sistema catalán ha sabido atraer y captar
talento”. En concreto, en la última convocatoria de 2015, donde más éxito
ha tenido Catalunya ha sido en la categoría de Proof of Concept (prueba
de concepto), una iniciativa de financiación lanzada hace cinco años, que
pretende estimular la innovación con ayudas para investigadores que tienen una
ERC, de las 20 ayudas concedidas a España, 13 han recaído en centros catalanes,
lo que supone un 65% del total. Con una dotación de hasta 150.000 euros durante
un año, estas ayudas persiguen que los científicos transfieran conocimiento
hacia el sector productivo, que acerquen su investigación al mercado. Y también
en la convocatoria de Consolidator grants, en la que Catalunya se ha
llevado el 67% de las concesiones totales al Estado.
La clave del éxito es fichar talento. Para Arcadi Navarro,
secretario de Universitats i Recerca de la Generalitat de Catalunya, la
clave del éxito de Catalunya se basa en “la apuesta decidida que se ha hecho
por atraer y retener talento en universidades y centros de investigación”.
Según Navarro, hace 20 años el entonces conseller de la Generalitat, Andreu
Mas-Colell, implementó un sistema de investigación basado en centros modernos
con modelos de contratación flexible, basada en la meritocracia y que fomenten
la competitividad científica. En 2001, además, impulsó la creación de la Institució
Catalana de Recerca i Estudis Avançats, Icrea, un programa 100% público
costeado por la Generalitat y que ha resultado muy exitoso. Y entonces, también, se firmó un pacto
político por la ciencia consensuado por todas la fuerzas políticas que se ha
mantenido a pesar de los cambios de gobierno, la crisis y los recortes en I+D
por parte del Estado. “En Catalunya hemos apostado por fichar buenos
pilotos, darles buenos coches y ellos ya se encargan de ir a buscar la gasolina
que necesitan. En otras partes del Estado aún van con el bidón de gasolina y
tienen problemas para fichar a los pilotos, porque las condiciones que plantean
no se adecúan al mercado internacional”, considera Navarro, que además es
profesor Icrea en el departamento de ciencias experimentales y de la salud de
la Universidad Pompeu Fabra, donde lidera un grupo de investigación en genómica
evolutiva.
Foto del investigador Pau Gorostiza con su grupo en el IBEC
A diferencia del sistema español de investigación, que se
basa en contrataciones tipo funcionariado, poco flexibles, el modelo catalán
emula el de otros centros europeos exitosos, como el del Laboratorio de
Biología Molecular (EMBL) alemán, y opta “sobre todo por la captación y
retención de talento”. Para ello, explica Navarro, “optamos por sistemas
de contratación ágiles, con anuncios por ejemplo en las grandes revistas de
referencia, y programas como Icrea, implementado hace ahora ya 15 años, o Serra
Húnter, que persigue fichar a los mejores profesores para nuestras
universidades”. En opinión de Martín, presidente de la COSCE, “en España
tenemos instituciones anquilosadas que no permiten la flexibilidad necesaria
para poder atraer investigadores. Y en las universidades la situación es aún
más acuciante, porque no tienen un sistema ágil como para permitir la entrada
de investigadores excelentes ni de dotarles de un laboratorio. El sistema está
tan burocratizado desde el punto de vista de funcionariado que no funciona”.
También la concepción por parte del gobierno estatal y autonómico sobre la
ciencia es distinta. Para empezar, en España no hay ni tan siquiera un
ministerio dedicado a la investigación, y universidades pertenece al Ministerio
de Educación, y ciencia, al de Economía. En cambio, en Catalunya universidades
e investigación forman parte del mismo departamento de gobierno, lo que implica
una misma agenda y objetivos comunes. Un ejemplo es la Universitat Pompeu
Fabra, señala Martín, de la COSCE, “que tiene unos éxitos difícilmente
alcanzables por otras instituciones”.
Fuente: Cristina Sáez - La Vanguardia
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